jueves, 5 de abril de 2018

LA FAMILIA

Procurar a la familia es una de las cosas que todas las personas deberíamos tener presentes, pues la familia nos recuerda que todos tenemos un origen.
La familia extensa nos puede recordar etapas o épocas muy felices como la celebración de los cumpleaños, las grandes reuniones a finales o a principios de año, las fiestas tradicionales. Así mismo, nos puede recordar etapas muy tristes como la pérdida de algún familiar, algunas riñas, traiciones, problemas económicos, etc.
Cada familia nuclear que deriva de la familia extensa, va trazando un camino diferente. Y a su vez, cada miembro de la familia tiene en su adultez una vida distinta, porque cada ser humano toma decisiones y tiene experiencias distintas.
Mucho depende de las herramientas personales de cada quien, la forma en que se relaciona con las experiencias familiares derivadas tanto de la familia nuclear como de la familia extensa.
Las familias nucleares funcionales son así: cada miembro conoce su rol y su responsabilidad, además trata de hacer sentir bien a los demás miembros de la familia. Permite que entre información nueva al sistema familar y también pone límites claros a lo que viene de fuera y que considera que va a dañar a uno o a más personas dentro del hogar. La familia funcional trata de cubrir las necesidades propias de las áreas del ser humano: biológica, psicológica, espiritual y social. Este último aspecto es de suma importancia. En mi opinión, los amigos deben contarse con los dedos de las manos. Imaginariamente podríamos trazar tres círculos uno dentro de los otros y cada uno de diferente tamaño. En el primer círculo externo (el más grande) podríamos situar a los conocidos, personas de la comunidad, el trabajo, por ejemplo; en el segundo círculo (el mediano), a los allegados como primos directos, segundos, etc. O a aquellas personas con las cuales hemos convivido mucho tiempo. Y en el tercero y último (el más pequeño), a los más cercanos a nosotros, es decir, a los verdaderos amigos, aquellos en los que hemos depositado mucha confianza, esos que incluso podemos considerar familia, los tomamos en cuenta para nuestras reuniones y estamos al pendiente de su bienestar.
Existen padres de familia que se encuentran angustiados porque sus hijos hagan amigos, yo les invito a que se preocupen más por el desarrollo y la formación de sus hijos, que los involucren en los deportes, en las artes, en el aprendizaje de un idioma. Que les den buenos ejemplos y que los traten con respeto. Que hagan de su vida al interior de la familia un verdadero lugar de crecimiento y desarrollo. Algunas familias gustan de instalar verderos “talleres” de declamación, de construcción de juguetes, orquestas musicales, rompecabezas gigantes, legos, etc. dentro de sus casas; en los cuales, los niños se sienten unos verdaderos científicos o artistas. Descubren sus capacidades y sus alcances y muchas veces llegan a ser genios reconocidos en el mundo. Y qué decir de aquellos niños que colaborando en las tareas domésticas con concentración y con acompañamiento o ayuda, desarrollan las habilidades adaptativas; se vuelven metódicos, organizados, limpios y serviciales. Los amigos, vendrán por añadidura.
Cuidemos nuestras familias, ellas representan el entrenamiento para saber vivir, saber elegir y adquirir un estilo de vida saludable.  Dios bendiga a las famlias.

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